En esta ocasión mi amiga
Blanca nos invitó a mí y a los niños a pasar el finde a una casa encantadora que tiene en la Alpujarra almeriense.
Es que no sé por dónde empezar a contaros lo estupendo que fue el finde en todos los sentidos. El entorno es espectacular, un rincón de paz ideal para desintoxicarse del estrés de la ciudad. Los niños (el suyo y los míos) se lo pasaron bomba, hasta se les abrió el apetito como leones.
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